El agua a tratar atraviesa la resina de intercambio iónico, especialmente diseñada para la eliminación del boro en soluciones acuosas, con lo que a la salida se obtiene un agua con una reducción de boro del 90%.
La capacidad de intercambio está limitada y cuando la resina ha llegado a su agotamiento se efectúa la regeneración de la misma.
La regeneración de las resinas está totalmente automatizada y se efectua mediante el paso de una determinada concentración de acido a través del lecho de resinas, eliminando de estas el boro retenido, posibilitando el almacenaje de la solución acuosa de la regeneración, de forma que se pueda gestionar como residuo posteriormente.